Cada sesión está pensada para abordar su caso de forma precisa, personalizada y con técnicas que se complementan entre sí. Mi trabajo parte de la observación clínica y el análisis funcional, lo que me permite actuar desde el origen y no desde el síntoma.
Trabajo con técnicas manuales, reeducación postural y ejercicios activos según el diagnóstico y el nivel de dolor. Me adapto a su condición física para lograr una mejora progresiva, respetando siempre los tiempos del cuerpo. El tratamiento puede incluir terapia miofascial, neurodinamia o control motor según cada caso.
La salud del pie influye directamente en su postura y en su forma de caminar, por eso lo trato como parte de un sistema global. Utilizo exploración biomecánica y técnicas clínicas para aliviar molestias y prevenir futuras complicaciones.
Analizo su cuerpo en conjunto, no en partes aisladas, para entender el origen mecánico o funcional de su molestia. Trabajo con técnicas específicas para liberar zonas rígidas, mejorar la circulación y restablecer el flujo de energía.
Este enfoque integra cuerpo y mente en el proceso terapéutico, ayudándole a descubrir cómo influyen ciertos hábitos en su bienestar. A través del tono muscular, se accede a información del sistema nervioso que guía la intervención.
Imparto formación centrada en el uso combinado de fisioterapia, osteopatía y kinesiología para mejorar el abordaje terapéutico. Son espacios de aprendizaje activo donde comparto herramientas, razonamiento clínico y estrategias personalizadas.